«Guarda con ése, mirá aquel que grande, ese ayer no estaba». Suelen ser algunas de las expresiones cotidianas, y debido al pésimo estado de las calles, de los conductores al transitar por la Capital. Un viaje transformado en una verdadera carrera de obstáculos.
Los baches en la Ciudad de Buenos Aires aumentan exponencialmente y la desidia gubernamental para invertir en obras de refaccionamiento de las calles conlleva a tener que convivir, inedudiblemente, esquivando pozos. Las autoridades del gobierno de la Ciudad deben proyectar un plan para comenzar con la definitiva, no parcializada, reparación de las vías de circulización vehicular.
En la actualidad, son más de 15 mil los baches existentes en la Ciudad y la cantidad de estos pareciese incrementarse a medida que acontecen los días. Las reparaciones en corto o mediano plazo prácticamente no residen en las políticas gubernamentales empleadas por la gestión de Mauricio Macri.
El tránsito pesado resulta ser siempre una ardua tarea a resolver por el jefe de gobierno. Un tránsito pesado que, sin ser el único responsable del mal estado de las calles, es uno de los principales culpables del nacimiento ilimitado de baches.
Tomi Crom
Títere del Medio 